14 años defendiendo y cuidando los bienes naturales con las familias de El Salvador
Los efectos del cambio climático se siguen agudizando en El Salvador y Latinoamérica, generando cambios en las lluvias, sequías e inundaciones, que han provocado importantes pérdidas en la agricultura y ganadería. En los últimos 30 años el impacto del cambio climático le ha costado a la economía salvadoreña más de $ 2.200 millones de dólares en pérdida de productividad.
En este contexto nace PopolNa, una institución que desde el movimiento social busca defender los territorios salvadoreños y cuidar los bienes naturales. Trabajamos con las familias más pobres y vulnerables del país, principalmente con mujeres, para que puedan ejercer sus derechos a la vez que resguardan la naturaleza. Nuestro trabajo se centra en la educación popular, compartiendo en lenguaje sencillo prácticas de cultivo agroecológico que permite valorar saberes ancestrales, asegurar la alimentación familiar y generar ingresos.
Estamos orgullosos de que más de 20 mil personas de las comunidades campesinas tengan asegurada su alimentación diaria gracias a los huertos familiares y comunitarios implementados con más de 10 variedades de semillas nativas. Además, se han formado 12 comités de vigilancia y gestión ambiental, de los cuales 10 son liderados por mujeres, que cubren el 64% del territorio nacional.
Gracias a toda esta experiencia fue posible que durante los duros meses de confinamiento producto de la pandemia por COVID-19, más de 450 familias campesinas recurrieran a sus huertos caseros para poder alimentarse. Esto ha servido de motivación para que más familias deseen poner en práctica estos conocimientos y así aseguren alimentos para ellos y sus familias.
¿Qué nos caracteriza?
- Líderes en la generación y difusión de conocimientos ancestrales para el cultivo, el uso de medicinas tradicionales y de prácticas locales para la siembra.
- Promotores de la red ambientalista más grande a nivel nacional, que contribuye en la defensa de los territorios en la zona Sur de Ahuachapán que comprende 3 municipios San Francisco Menéndez, Jujutla y Guaymango, en Sonsonate que comprende 3 Municipios: Cuisnahuat, Santa Catarina Masahuat y San Julián. En San Salvador en los municipios de Nejapa, San Salvador, Ilopango, La Libertad en los municipios de Santa Tecla, Ciudad Arce y en Usulután Mercedes Umaña, Berlín, en San Miguel, Nuevo Edén de San Juan, Cabañas en Tejutepeque e Ilobasco. y la preservación de sus prácticas culturales ancestrales.
- Ser gestores de una metodología participativa e intercultural para la gestión de proyectos que involucra a líderes comunales en su diseño, planificación y ejecución, asegurando que estos respondan a las necesidades de sus comunidades.
- Pioneros en la creación de una marca local denominada Acoparo, que aglutina a campesinos de la zona para la producción y venta de productos agroecológicos.
“Aquí donde vivimos estaba bastante deforestado y hemos reforestado, ya no botamos basura ni tampoco quemamos, me gusta aprender de los productos orgánicos y eso nos mantiene motivados para que sigamos, me gusta la organización”.
Héctor Manuel Quinteros
Enfocamos nuestro trabajo en:
- Fortalecer habilidades de participación y liderazgo, principalmente de mujeres y jóvenes, para que sus voces sean escuchadas en el diseño e implementación de políticas y estrategias de producción, distribución y consumo de alimentos, así como en la creación de alternativas a la deforestación y contaminación en sus comunidades.
- Brindar herramientas para la implementación de prácticas agroecológicas sostenibles como la implementación de huertos, desde el rescate y valoración de lo ancestral.
- Promover la comercialización justa: Creando de la mano de las comunidades una marca “Acoparo”, para comercializar sus productos en ferias y establecimientos que garanticen el pago adecuado a los productos y tiempo utilizado por los campesinos.
Hemos logrado que:
- Más de 4000 familias de las zonas más pobres de El Salvador mejoran sus ingresos económicos gracias a la comercialización del excedente de los productos que cultivan en sus patios o parcelas comunitarias, permitiéndoles acceder a servicios de salud e implementar mejoras en sus viviendas.
- Más de 300 mujeres y jóvenes participan en el desarrollo de acciones de cuidado de los bienes naturales como campañas de limpieza y reforestación, diseño de normas locales para el cuidado y vigilancia de sus territorios y la eliminación de prácticas con impacto negativo en la naturaleza, como la quema de basura.
- Más de 4000 familias han mejorado su alimentación, haciendo uso de su propia producción agrícola y ganadera, que rescata métodos tradicionales y semillas nativas con alto valor nutricional como: tomate, pepino, berenjena, chiles dulce, jalapeño y habanero, remolacha, ayote, pipián, zanahorias, jícaros, tecomate, cebollín, cilantro, apio, perejil, hierba buena, menta, romero, albahaca, sábila, alcapate, espinaca, mora y chipilín, entre otras.
- Más de 300 mujeres lideran organizaciones sociales y participan activamente en los procesos de desarrollo local y comunal de sus territorios, generando incidencia para el cambio de políticas públicas en sus territorios. Dichas mujeres visibilizan los diversos roles que pueden cumplir las mujeres en la comunidad e inspiran así a niñas y adolescentes de sus comunidades para continuar sus estudios y adquirir un oficio o carrera.